tag:blogger.com,1999:blog-37914461982564002202024-03-13T19:23:48.013+01:00toscanabluesseamos prácticos, por favorA. Sandlerhttp://www.blogger.com/profile/10224455572428149794noreply@blogger.comBlogger362125tag:blogger.com,1999:blog-3791446198256400220.post-86403513549545522252018-11-06T12:33:00.000+01:002018-11-06T12:33:03.011+01:00Long time, no seeLos días perdidos que cada día se fueron y que un día decidieron unirse en forma de sindicato. Siempre fueron seres individuales, con diferentes casuísticas, con complexiones diversas y con morales ajenas a la de sus vecinos. A veces fueron días enteros, los menos, y sin duda un vestigio del pasado que amenaza con no volver. Actualmente, suelen venir en forma de fracción de día o en lotes de horas desperdigadas entre la compra del súper y la extraescolar de turno.<br />
<br />
Siempre defendí la pérdida de tiempo como un activo muy preciado, un valor que debería cotizar al alza y no a la baja, y un bálsamo para aquellos a los que la cabeza les circula a velocidades inusualmente elevadas. La hiperactividad actual es un pájaro del mal agüero que amenaza las largas tardes de domingo ochenteras vestidas con pantalones de pana y jerséis de lana que picaban. Ya ni siquiera la lana pica, ni los abrigos pesan. Superficialidad de materiales o materialidad de las superficies.<br />
<br />
Echaba de menos escribir. Long time, no see. <br />
A. Sandlerhttp://www.blogger.com/profile/10224455572428149794noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-3791446198256400220.post-67225110453285580032015-07-27T11:54:00.000+02:002015-07-27T11:54:46.259+02:00Los rostros del pasadoTodo tiene su momento, y el momento tiende a ser frágil e intenso, como una danza imaginaria elegante y pausada pero algo desdibujada, que anticipa el fin del mismo.<br />
<br />
Esta frase me la dijo alguien hace tiempo, no recuerdo ni quien, ni cuando, lo que sí recuerdo es que no entendí nada. Tampoco le di importancia, pero se quedó incrustada en alguna parte de mi cerebro y, últimamente, ha salido a escena buscando su gloria o su momento.<br />
<br />
Es domingo por la tarde, de esos que me gustan. Llueve y los calores han cesado su actividad de forma definitiva. Tengo resaca, lo cual invita a vegetar en el sofá en un estado deplorable y semi comatoso. Mi cuerpo descansa pero mi mente, pese a estar inmersa en el sopor de la siesta, no deja de darle vueltas a la frase de que todo tiene su momento.<br />
<br />
Ayer fue un día duro, uno de esos que deja muesca en el revólver y mancha en el zapato. Fue un día diferente, los día habituales no cambian nada en la vida tan sólo son el nexo entre los diversos días diferentes que vamos viviendo. Dos sucesos, totalmente inconexos en forma, fondo y lugar me dieron una tremenda bofetada, de esas que dejan marca roja en algún lado de tu conciencia.<br />
<br />
Dos sucesos que pusieron de manifiesto, que todo tiene su momento y que éste pasa. Nos guste o no. Me guste o no. Ahora tan sólo queda tirar de bibliografía personal, recuerdos y toda esa milonga que conforma lo que llaman memoria. Aunque para ser sinceros, ahora me apetece más bien poco entrar en ese jardín.<br />
<br />
Ahora sólo puedo estar estirado, sin moverme en mi oasis cerebral particular. Estoy lidiando con ellos, son pocos pero valientes y se mueven rápido. Se autodenominan, los rostros del pasado. <br />
A. Sandlerhttp://www.blogger.com/profile/10224455572428149794noreply@blogger.com3tag:blogger.com,1999:blog-3791446198256400220.post-12907036788787055452015-04-22T12:46:00.002+02:002015-04-22T12:46:20.473+02:00Looking for RamiroRamiro anda despistado últimamente. Su vida ha dado un vuelco en los últimos meses y bien podría decirse que todavía lo está asimilando. Es normal y diría que lo contrario sorprendería al respetable pero los tumbos son constantes e “in crescendo”. <br />
<br />
Ha pasado de su vida más o menos ordenada con trabajo estable y mujer a un trasiego diario sin saber qué le depara el resto de días de la semana. Nada que no sufran millones de personas en la peligrosa confluencia de los 30 con los 40. Su mujer cogió puerta y se fue, harta de una historia que tan sólo tuvo más futuro que pasado en los albores de la misma. Crónica de una muerte anunciada. En el trabajo pasó de ser estrella rutilante a astro defenestrado por exceso de soberbia y carestía de sentido común. Varios millones de dólares perdidos aquí y allí.<br />
<br />
El coche pasó a moto, la moto a Vespa y la Vespa a bici. Creo que ya ni a pedales puede ir ya.<br />
Ramiro es optimista “de mena” (por naturaleza) y dice que los medios de transporte están “demodé” y lo que se lleva es vida a pie. Bien por él y su vida saludable.<br />
<br />
Tumbado y tumbando se ha pasado la mayor parte del tiempo, intentando conectar de nuevo con la humanidad y con lo que un día fue su círculo. El círculo se ha desvirtuado, volatilizado. Ahora vive pendiente de una aplicación que ha descubierto para follar con gente colindante. Y aparentemente, más feliz que una perdiz.<br />
A. Sandlerhttp://www.blogger.com/profile/10224455572428149794noreply@blogger.com3tag:blogger.com,1999:blog-3791446198256400220.post-74655542529921992812015-03-13T17:26:00.002+01:002015-03-13T17:26:28.954+01:00Churros, sandalias y otros menesteresEncontraré mi lugar o eso espero. Las dudas me asaltan hasta cuando he bajado la persiana de los párpados. Esos que me ofrecen falso cobijo y que impermeabilizan al mundo de mis momentos de bajón y oscurantismo prologado.<br />
<br />
Caminando por la rambla de una vida común me he topado con eso que algunos llaman dificultades arquitectónicas y molestas obras de mantenimiento. Recuerdo pedir la licencia de obras y recibir una sonora colleja al estilo Sra. Fernández del cole (“niño no te salgas de la fila o cómete el pescado”) y así, entre dimes y diretes, el tiempo ha pasado.<br />
<br />
Jamás pedí comprobante ni un recibí en los diferentes avatares ya que siempre creí en lo que mi padre llamaba pacto de caballeros. Con el tiempo, y con la imagen de que me habían levantado la camisa hasta quedarme tan sólo con una manida camiseta imperio, he comprendido por qué esos caballeros siempre andaban a caballo. Tonto el último.<br />
<br />
Una vez leí que los que se quieren suicidar de verdad, se quitan los zapatos. Siempre me ha parecido un dato deliciosamente curioso. Esa desconexión que ofrecen las suelas a aquellos que nos hemos sentido perdidos en algún trayecto, no puede ser más que un burdo aislante. Por eso encuentro insultantemente lógico que el perdido o el “lost in translation” de turno, sienta que se ha de descalzar para recuperar la cordura que jamás debió perder. Para tener los pies en el suelo, ni que sea por un instante. El último instante.<br />
<br />
Así pues, dispongo a descalzarme aunque mi inseparable pereza ahuyenta cualquier pensamiento que implique saltar al vacío o tirarme a la vía del tren porque el sólo hecho de pensar en la sangre hace que me desvanezca. <br />
<br />
Me descalzo, me estiro en el sofá y me tomo mi chocolate con churros.<br />
A. Sandlerhttp://www.blogger.com/profile/10224455572428149794noreply@blogger.com6tag:blogger.com,1999:blog-3791446198256400220.post-85425076669334429162014-11-07T14:46:00.000+01:002014-11-10T09:44:33.691+01:00CassolesAvui no diré res de nou. Ni que mai ho fes, però avui segurament serà encara més evident. Soc barceloní, i ja fa tres nits que a les 10 tinc que abaixar el volum de la televisió. M’aixeco del sofà vaig a la cuina i agafo una cassola i una cullera i au, a picar. És un so tan simple, tan bàsic que és enorme a la vegada. Jo el considero un moment vital ja que reconforta, no ets sents sol. Notes que alguna cosa passa i tu en formes part. I això, reconforta. <br />
<br />
Sóc un gran defensor del silenci i dels deliciosos moments de solitud pactada o espontània. Jo els necessito, m’ajuden a ordenar idees, fixar prioritats i gaudir d’un bé molt preuat, el cara a cara amb un mateix.<br />
<br />
Però nanos, el poder de la cassola és gran. I el tribunal constitucional encara no ho ha vetat però vaja no hi posaria la mà al foc.<br />
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="http://2.bp.blogspot.com/-zeBCW5zmBd0/VFzNCHFaHVI/AAAAAAAAAHs/MOeCgcGLC5g/s1600/Cazuela.JPG" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="http://2.bp.blogspot.com/-zeBCW5zmBd0/VFzNCHFaHVI/AAAAAAAAAHs/MOeCgcGLC5g/s320/Cazuela.JPG" /></a></div><br />
Cassoles, culleres i sentiment de comunitat. Reconfortant. <br />
A. Sandlerhttp://www.blogger.com/profile/10224455572428149794noreply@blogger.com3tag:blogger.com,1999:blog-3791446198256400220.post-56158640553511588872014-10-13T17:49:00.003+02:002014-10-13T17:49:10.685+02:00Ser lo que se dice ser,...Ser ese primer aroma de café,<br />
Ser tu dulce cadena perpetua,<br />
Ser el ying en busca del yang,<br />
Ser ese billete de 10 en el pantalón viejo,<br />
Ser el scalextric de una tarde aburrida,<br />
Ser la coca-cola en un día de resaca,<br />
Ser las palomitas del cine,<br />
Ser los calcetines que dan color a tu negra indumentaria,<br />
Ser la trompeta y el piano,<br />
Ser el escalofrío de las madrugadas,<br />
Ser el suspiro al entrar en la piscina,<br />
Ser los pasos a seguir,<br />
Ser lo que tenga que ser,<br />
Estar donde tenga que estar,<br />
Parecer lo que tenga parecer,<br />
Y Resultar,…<br />
A. Sandlerhttp://www.blogger.com/profile/10224455572428149794noreply@blogger.com10tag:blogger.com,1999:blog-3791446198256400220.post-91685126779389816862014-10-06T14:26:00.001+02:002014-10-06T14:26:33.773+02:00La memoria de WaltWalt es Walt, de eso no cabe duda. Vive en su mundo de cristal, agua más o menos clara y realidad circular. Tiene los ojos saltones (como no podía ser de otra manera) y un color que combina mal con casi cualquier cosa. Se mueve sin parar y parece estar contento cuando sonríe. Eso si es que un pez puede sonreír, que lo dudo.<br />
<br />
Walt no tiene memoria o muy finita. Hay veces que dejo de respirar unos diez segundos y pienso que, en ese período breve de tiempo, Walt ha borrado al menos cinco veces su memoria. Por un momento pienso, cómo sería vivir sin memoria pero tal planteamiento me asusta y dimito. <br />
<br />
Me planto delante de la pecera de Walt y empiezo a hacer aquello que todo el mundo ha hecho al menos una vez estando delante de un pez, juntar las comisuras de los labios y empezar a imitar el movimiento de un pez. Patético, lo sé pero es domingo y fuera está lloviendo (ah, y ya puestos hago lo que me da la gana).<br />
<br />
A menudo creo la memoria es esa proyección idílica que tenemos de uno mismo o de una situación en concreto. También creo que nos engaña constantemente y frecuentemente con nocturnidad y alevosía, dibujando cielos más azules, aguas más cristalinas y sabores más intensos (y por qué no decirlo, chicas más guapas). Tendemos a idealizar. <br />
Pese a ser mentirosa, tendenciosa y manipuladora, la memoria es probablemente lo que le da sentido a la vida y una de esas cosas por las cuales vivimos.<br />
<br />
¿Dónde habré dejado la comida de Walt? <br />
A. Sandlerhttp://www.blogger.com/profile/10224455572428149794noreply@blogger.com6tag:blogger.com,1999:blog-3791446198256400220.post-81519121509661653982014-09-30T17:53:00.003+02:002014-09-30T17:53:47.039+02:00Y se fueY se fue para no volver o eso dijo. Y se fue como tantas cosas se van. Y se fue buscando un algo mejor. Y se fue sin importar el qué dirán. Y se fue sin pensar más allá de la cena de hoy. Y se fue sin pretender retar al futuro aunque sí al presente. Y se fue porqué sí. Y se fue con un ramo marchito bajo el brazo. Y se fue en un tren como tantos otros. Y se fue sin esperar al cambio de hora. Y se fue respetando la amargura inherente de los otros. Y se fue mascando chicle previa digestión de la tragedia. Y se fue sin la pena de Chanquete. Y se fue saludando al respetable pero en silencio. Y se fue con la vista cansada pero sin las gafas de cerca. Y se fue peine en mano pero con poco que peinar. Y se fue porque tocaba. Y se fue con el periódico de ayer y el olvido del mañana. Y se fue con un calcetín de cada color. Y se fue con un boli BIC en el bolsillo. Y se fue sin el estruendo de otros pero con la admiración de muchos. Y se fue porque no podía ser de otra manera. Y se fue bebiendo el alegre trago de la feina ben feta. Y se fue vistiendo al pasado. Y se fue guiñando un ojo o los dos. Y se fue sin batería y fuera de cobertura. Y se fue sin plusvalías ni cotizaciones. Y se fue con algún recorte que otro. Y se fue pese a todo.A. Sandlerhttp://www.blogger.com/profile/10224455572428149794noreply@blogger.com6tag:blogger.com,1999:blog-3791446198256400220.post-60256256906410726962014-07-16T11:28:00.001+02:002014-07-16T11:28:09.936+02:00Riesgos de la GonorreaMarkus lee. Lee sin parar. Le encanta. Se puede pasar horas y horas en el discreto sofá de su habitación devorando páginas. Pocas cosas le distraen de su cometido. Tan sólo Bobby, su perro es capaz de hacerlo. Le disgusta enormemente ese nombre (Bobby) para su mascota. Encuentra que es cursi (y lo es) y que, en todo caso, debería ser sólo para niños americanos con la visera de la gorra hacia atrás y amantes del béisbol. Asume que es un topicazo yanqui y que ya sólo faltaría meter el perrito caliente a la ecuación y el misterio de los patos y ya tendríamos a un Soprano en potencia. A lo que iba, el tema es que él hubiera preferido llamar a su mascota algo así como Tifus o Difteria o Gonorrea. Es infantil, no. Si acaso es humor adolescente. Y es que, él no se esconde. Sabe que se ha quedado en los años dorados. No ha querido pasar de ahí. Conciertos, farras con todas las letras y resacas con todos los signos de exclamación conforman su once inicial así como ya sabéis, las largas tardes de lectura. <br />
<br />
Trató, en su día, de llamarle Tifus pero Bobby no le seguía. Alternó unos días con Difteria pero el resultado fue parecido (es decir, nulo). Su última tabla de salvación fue probar con Gonorrea hasta que una mujer se giró en el parque y empezó a entablar conversación con él, lo cual le aterró. Y le salió un instintivo “Bobby” ven aquí, a lo que el can respondió al instante. Puto perro pensó pero admitió que le había salvado de una Gonorrea más que probable.<br />
<br />
Y así fue como Bobby fue Bobby y no hay más que decir.<br />
A. Sandlerhttp://www.blogger.com/profile/10224455572428149794noreply@blogger.com11tag:blogger.com,1999:blog-3791446198256400220.post-90972796289789118312014-07-07T15:05:00.001+02:002014-07-07T15:05:30.256+02:00Historias del pasado (más reciente)<i>“No pretendo convencerte, ni mucho menos sentar cátedra, eso no me interesa”</i><br />
<br />
Eso decía él a menudo, pero creo que pretendía todo lo contrario a lo que sus pomposas palabras sugerían. Buscaba ser convincente (aunque desfalleciera en su intento), se sentaba en su sillón mullido a impartir algo muy parecido a un dogma (nunca adiviné de qué tipo) y yo sin duda, le interesaba.<br />
<br />
Pasaron los años, las canas se hicieron dueñas del tablero, las cejas acentuaron su carácter aunque varias de las tropas se sublevaron y buscaron reivindicar una individualidad (la suya o cabría llamarlo soberanismo?) y las pequeñas manchas marrones de la piel dictaron sentencia, activando la cuenta atrás.<br />
<br />
Él lo sabía y yo también.<br />
<br />
Su prodigiosa memoria empezó a flaquear, así como su capacidad para asumirlo. Su verborrea y discurso ágil se fueron desdibujando en, lo que un periodista deportivo bien podría llamar, la zona mixta a caballo entre el campo de batalla y el oscuro retiro del guerrero bajo el frío chorro de agua de un campo de tercera división. <br />
<br />
Hombre de notable intelectualidad pero incapaz de afrontar el cambio de cromos y la lógica pérdida de protagonismo en la familia a la hora de tomar decisiones. Renunció a la presidencia de la mesa de los domingos y a cortar el pavo el día de Navidad consciente del carácter honorífico y no ejecutivo de tales distinciones. <br />
<br />
Se negó a tocar la campana que había en su mesita de noche. No lo hacía bajo ningún concepto. Bueno, hasta hace unos pocos días.<br />
<br />
Acudí, no con poco miedo dada la excepcionalidad del asunto.<br />
<br />
<i>“No pretendo convencerte, ni mucho menos sentar cátedra pero me muero”</i><br />
<br />
Y me convenció.<br />
A. Sandlerhttp://www.blogger.com/profile/10224455572428149794noreply@blogger.com10tag:blogger.com,1999:blog-3791446198256400220.post-68873868761663088132014-05-06T13:48:00.002+02:002014-05-06T13:48:31.561+02:00RingLa imagen es clara y diáfana. Estoy en la orilla de un lago. Ni grande ni pequeño. El día está despejado pero llevo gabardina y un paraguas grande (de esos de lord inglés). Hay un banco cerca de mí de color verde y de madera desgastada. Se podría decir que tuvo un pasado glorioso pero de un tiempo a esta parte no es que haya caído en el olvido pero bien podría decirse que el desuso forma parte del menú del día. Sin gaseosa ni pan ni postres.<br />
<br />
Por otro lado, veo que tengo en mis manos una bolsa que bien podría ser alpiste pero haciendo un zoom mental uno puede divisar claramente que no es comida para pájaros. Espera, deja que enfoque mejor, es algo redondo y brilla. El zoom no da más de sí, pero juraría que son monedas. Y las voy tirando alegremente al lago. Un lago que, ahora que caigo en la cuenta, no tiene agua, es de color marrón eléctrico y su aspecto es gaseoso. Esa textura y color me son familiares. El olor, también. Huele a madera. Tardo unos segundos pero enseguida comprendo que es un inmenso lago de whisky con coca-cola.<br />
<br />
Las cosas se suceden sin parar pienso. En ese instante, un mono subido en un triciclo y cantando una canción de Julio Iglesias pasa por detrás de mí. Noto que me mojo y, al mirar al cielo, el sol sigue siendo la tónica dominante. No lo entiendo. Miro mis pies y hay un charco. Me habré meado, pienso. Miro mi zona noble y me inquieto. No hay nada de nada.<br />
Esto me pasa por,… y justo en ese momento suena el despertador.<br />
<br />
Sin más. Otro día. <br />
A. Sandlerhttp://www.blogger.com/profile/10224455572428149794noreply@blogger.com3tag:blogger.com,1999:blog-3791446198256400220.post-69540112968285470532014-04-25T15:36:00.002+02:002014-04-25T15:36:59.231+02:00El hombre que dejó de tener prisaSiempre mirando el reloj ya fuera el de su muñeca o el del móvil. A menudo nervioso cuando la gente se demoraba más allá de los escasos minutos que nos brinda la cortesía. Impaciente y a menudo malhumorado como si buscara algo que nunca encontraba. Y por supuesto, nunca supo lo que buscaba.<br />
<br />
Era un vacío interior, él sabía que estaba ahí, fogoso a rachas y adormilado en sus largas jornadas de latente ser humano. Intuía que algo no “pitaba”, o más bien lo sabía con una certeza furibunda de esas que cuando te atrapa ya no te deja. Se convierte en tu sombra de día y en tu sudor frío por la noche.<br />
Se consolaba como a los tontos pensando que el año que viene todo iría mejor o que en verano todo sería más fácil por el menor estrés y por el mágico influjo del barniz solar y el salitre del mar. Ingenuo. Algo en su vida o más bien su vida no funcionaba.<br />
<br />
Dicen que todos nos conectamos en un momento de nuestra vida, que todos disfrutamos ni que sea de un momento de lucidez vital como si del trazo de un mapa se tratara. Un mapa que marcará tu ruta no la ruta. Para él, fue esa camilla del Clínico. Y decidió aferrarse a ella. No dejó escapar el que supo que era su último tren.<br />
<br />
Al contrario de lo que uno esperaría, rememora con inusitada melancolía esa camilla. Casi tanto que a punto estuvo de pedir la camilla número 320 al hospital como recuerdo de su enchufe vital. Recuerda una punzada aguda en sus entrañas al comprender el diagnóstico del médico y como un reloj interno se ponía en marcha pero también notó una sensación de ligereza. Su mochila había desparecido, podía y debía pensar únicamente en él y, en cómo afrontar la que, por otra parte, sería su última batalla. Y él lo sabía, no era estúpido. Se habían acabado “los que dirán” o “pensar en el mañana”. Para él y los suyos, sólo existía el ahora. Sólo cabía la opción de vivir, vivir y por si las moscas, volver a vivir.<br />
A. Sandlerhttp://www.blogger.com/profile/10224455572428149794noreply@blogger.com6tag:blogger.com,1999:blog-3791446198256400220.post-32822402478428117272014-04-15T16:03:00.000+02:002014-04-15T16:03:01.664+02:00Traumas familiaresComía una pera. Era una de esas peras extremadamente acuosas con más pasado que presente. Lo recuerdo porque tenía la mano empapada y corrí en busca de papel de cocina. Ahí, mientras libraba una lucha con el puto rollo de papel, lo vi claro o más bien la vi y pagaría por no haberlo visto. Yo se suponía que estaba estudiando en la biblioteca pero dado que estaban reformando parte de la fachada habían decidido cerrarla para evitar ruidos molestos.<br />
<br />
Vi a mi madre. A la que hasta ese momento era la gran Wilma Wilkins o a WW como le gustaba que la llamasen. Era fan de las revistas cotillas y de esos personajillos del submundo. Solo leía ese tipo de cosas y decir leer sería mucho ya que apenas sabía leer una frase seguida. Me hacía ir a las reuniones de vecinos para que le leyera el orden del día y esas memeces que se discuten entre vecinos. Nada de eso impedía que me sintiera muy orgulloso de mi madre, trabajaba de sol a sol para sacar a mi hermana y a mi adelante dado que el Capitán Haddock (como ella llamaba a papá) se había bebido todo el ron del Caribe hasta morir ahogado. Era inculta y qué. Era ignorante y qué. Era la gran WW. La que curraba más que nadie con el peor curro del mundo, limpiar la mierda de los otros. Me había jurado a mí mismo que estudiaría como un cabrón para darle a WW el descanso que se merecía. Si hasta tenía las rodillas peladas de tanto fregar el suelo.<br />
<br />
Y ahí la vi, de rodillas. Sacando brillo, mucho brillo, demasiado brillo coño!<br />
<br />
Lo entendí todo, la llamada de un tío a casa una noche preguntando por una gatita sedienta, los fajos de billetes en la caja del lavabo y joder las rodillas! Cómo podía haber estado tan ciego. Y como no, la voz del gilipollas de Robert Terrence diciéndome, tú lo que eres es un Hijo de Puta con todas las letras. En su momento me pareció un insulto de lo más común pero ahora entendía por qué se reían los cabrones.<br />
<br />
Recuerdo que lancé lo que quedaba de la pera a mi madre y al puto tío asqueroso ese. Cogí mis cosas de casa y me fui sin más. Nunca la volví a ver pese a que ella lo intentó varias veces. Estás muerta para mí, le dije una vez por teléfono. Al cabo de varios años, me enteré de que había muerto. <br />
<br />
Y ahora, estoy yo aquí con los pantalones bajados y con una WW cualquiera arrodillada delante de mí. <br />
<br />
No tengo vergüenza, mi psicólogo dice que es mi manera de intentar resarcirme con mi madre. Chorradas de loquero, soy simplemente un puto degenerado y un hijo de puta, sin más.<br />
A. Sandlerhttp://www.blogger.com/profile/10224455572428149794noreply@blogger.com4tag:blogger.com,1999:blog-3791446198256400220.post-32642098784771916932013-12-10T11:56:00.001+01:002013-12-10T11:56:35.082+01:00Protesto! Denegada.Robert es abogado. De los de traje, gomina y colonia de varios cientos de dólares. Pese a su aspecto de cretino integral, es buena gente, no es la mejor persona que he conocido pero supera la media.<br />
<br />
Es un trabajador incansable. Infatigable, diría yo. Un “hard-worker”, vamos. Levantó su bufete de cero con su amigo de facultad y juergas, Allen. Los inicios fueron duros, nada especial pero en su quinto año de andadura profesional vino el despegue, el caso que encumbró a ambos y a su bufete. Llegaron los casos gordos, de los de varios cientos de miles de dólares. De los que levantan expectación en la prensa, los casos donde una victoria te asegura el budget de los próximos dos o tres años.<br />
<br />
Dinero para fichajes de abogados seniors y juniors. Pasta para secretarias de tetas operadas y alta capacidad operativa según incluía el briefing que le pasaron a la empresa de cazatalentos para estos puestos. Flores frescas cada día según les recomendó su asesora de imagen corporativa, la cual cobraba una cantidad nada desdeñable. Y como no, un palco para ver los partidos de la NBA con clientes selectos.<br />
<br />
Puro show business. Dos hombres hechos a sí mismo, el sueño americano típico y tópico.<br />
Robert ha disfrutado de eso y de lo que uno se puede imaginar pero no decir. Fue bueno mientras duró pero la conciencia está picando a la puerta últimamente. Esa visitante furtiva pero cada vez más asidua que le suele traer largos ratos de insomnio con mayor frecuencia. El caso actual se lleva la palma. Un pez gordo acusado de violar a una menor. Él sabe que es culpable y pese a todo les une un vínculo profesional inquebrantable. Un contrato multimillonario que firmaron en la cresta de la ola que aseguraba ingresos sustanciales al bufete cada año. <br />
En su momento, les pareció un gran “deal” pero sin duda ahora, Robert lo califica como su tumba.<br />
<br />
Esta tarde Robert ha ido al garaje, ha abierto la caja de herramientas y ha cogido el martillo. El mismo que usarán para apuntalar los clavos de su ataúd. Siempre le han gustado las metáforas macabras. <br />
A. Sandlerhttp://www.blogger.com/profile/10224455572428149794noreply@blogger.com4tag:blogger.com,1999:blog-3791446198256400220.post-54731634725233193202013-11-24T08:12:00.000+01:002013-11-24T08:12:01.388+01:00pastillas microbióticasEra el mes de diciembre, lo sé porque el mercado de navidad estaba instalado en la plaza. Uno de esos mercados navideños centroeuropeos con muchas casetas de madera y acertadas luces que daban un aspecto al centro de felicidad un tanto impostada, pero felicidad al fin y al cabo.<br />
El frío y la fina nieve que caía junto al Glühwein o vino caliente que servían hacían el resto. Caminamos por el lateral de la plaza intentando evitar el bullicio y tratando de coger un salvoconducto que nos llevara al bar donde me pediste que fuéramos.<br />
Pensé que tendrías ganas de beberte una buena cerveza trapense y disfrutar de la chimenea grande y amplia que tenía el bar. <br />
<br />
Mesas de madera y cómodos bancos con suaves cojines almidonados mientras discutíamos sobre lo divino y lo terrenal tan sólo con el firme objetivo de bebernos la tarde.<br />
Y así fue al principio. Recuerdo que empezamos con el aborto, pasamos por el capitalismo y saltamos al derecho a morir dignamente. Supongo que el hecho de haber bebido tres cervezas de intensa graduación nubló mi vista y no te vi venir hasta minutos antes. Sé que lo intuí en un momento dado de lucidez transitoria y escapé a cambiar el agua al canario. Mención aparte merece el lavabo del bar ya que meabas contra una cristalera de un patio interior con un árbol en medio. Era diferente.<br />
<br />
Al volver, supe que me abordarías cual perro de presa y es por eso que llamé al camarero y le pedí las cartas. Un par de salchichas alemanas vendrían bien para atemperar el alcohol y mis nervios. En mi cabeza la máquina propagandísticas Gobbeliana se había puesto en marcha y ya me había montado mi propia peli. Y era de terror.<br />
Tu pérdida de peso importante de los últimos meses, que obviamente había notado pero debo reconocer que te sentaba bien. Haber conseguido deshinchar esa panza perenne no te hacía ningún daño. En el lavabo mientras meaba contra la cristalera, vi tus ojeras y diría que menos pelo de lo habitual en tu sesera. <br />
<br />
Cuando el camarero se fue, resoplé y tomé aire para lo que se venía. Ciclón categoría cinco pensé, pese a no tener ni idea de las categorías de los vientos. Marrón al canto.<br />
Empezaste tú, retomando el tema, te escuché al principio pero al cabo del rato desconecté. Mi cabeza iba a una velocidad infernal. Llegados a un punto, me dijiste:<br />
<br />
“¿Me estás escuchando?”<br />
<br />
“Mira, francamente, no. Hace un rato que ya no. Creo que me quieres decir algo y hace rato que andas dando vueltas. Te conozco bien, suéltalo ya, la intriga me mata”<br />
La intriga me mata, soy imbécil, tenía que soltar esa frase en ese preciso momento. Ya me imaginé el inicio de la respuesta, en plan “pues a mí lo que me mata es el cáncer”. Escenario desolador.<br />
<br />
“Pues ahora que lo dices,…”<br />
<br />
“Ves, te conozco bien, sabía que había algo grave”<br />
<br />
“Hombre grave no es. Tan sólo ley de vida. Te quería pedir,…”<br />
<br />
“Ley de vida? No me jodas. Somos relativamente jóvenes y tú te estás muriendo, y me lo dices en un bar cuando estoy medio borracho y apelas a la ley de vida como salvavidas de la situación. He dicho salvavidas? Vale, quizás no es la mejor expresión dadas las circunstancias pero,..”<br />
<br />
“¿Qué dices chalado?”<br />
<br />
“Pues eso joder. Que he atado cabos. Derecho a morir dignamente, pérdida de peso increíble, ojeras, pérdida de pelo,…dímelo, lo soportaré dignamente. De qué es el cáncer? Cuánto te queda?”<br />
<br />
“¿Qué? ¿Qué dices majara? Estás muy borracho, no?<br />
<br />
“Lo que oyes”<br />
<br />
“A ver tonto a las tres. Punto uno, derecho a morir dignamente, un tema controvertido más para hablar mientras tomamos una cervezas, como la polinización de la abejas húngaras o la fauna y la flora de las mujeres rusas en el estalinismo. Dos, pérdida de peso que viene dada por unas pastillas macrobióticas que me dejan comer a gusto y cagar una cantidad ingente de veces y que me dejan el esfínter como el papel de lija sólo para poder intentar ligar. Tres, las ojeras son producto de tu imaginación y lo del pelo tres cuartos de lo mismo”<br />
<br />
“Ehm, vaya no sé qué decir”<br />
<br />
“Yo sí, gilipollas!!! No me mates antes de cuenta y, cojones no te montes cuentos chinos. Dónde están esas bratwurst, me muero de hambre joder. Discutir y pegarte cuatro gritos me ha abierto el apetito. Espera, tengo que tomarme tres pastillas de esta mierda para ingerir tan sólo el 20% de las calorías”<br />
<br />
Y seguimos a lo nuestro. Como si tal cosa.<br />
<br />
<br />
A. Sandlerhttp://www.blogger.com/profile/10224455572428149794noreply@blogger.com3tag:blogger.com,1999:blog-3791446198256400220.post-13278367743682010952013-11-18T12:41:00.002+01:002013-11-18T12:41:41.019+01:00Pim pam desde el noveno pisoDebía ser un día frío ya que era el mes de noviembre en una ciudad centroeuropea cualquiera. Seguro que había llovido por que suele ser el pan nuestro de cada día.<br />
<br />
Ella parecía ser una persona que a priori, lo tenía todo o al menos una situación privilegiada a ojos de terceras personas. Chica joven con un contrato de prácticas decente trabajando en un sitio de referencia. Con esa edad ideal, donde lo que cobras lo inviertes en vivienda y el resto lo sueles dedicar a ocio y si queda algo a comer. Sales y entras a tu antojo y ella al ser una “trainee” tenía una vasta red de coleguillas en su misma situación dada la última remesa de universitarios contratados.<br />
<br />
Fiestas salvajes, con el típico código sagrado, “lo que pasa aquí se queda aquí”, colección de hormonas flotando por el ambiente buscando su flor. En fin, la época dorada que tan buen recuerdo me dejó a mí.<br />
<br />
Mi despertador sonó con puntualidad ni británica ni suiza, la habitual. Deslicé el dedo para contener el estruendo y mire el mail como de costumbre. No suele haber nada interesante pero es un hábito adquirido.<br />
<br />
Tengo un mail del presidente, miro que no sea personal ya que eso no molaría para nada. No lo es, es un mail trágico. Anuncia que ayer por la tarde, desafortunadamente un colega murió en las dependencias del banco.<br />
Alguien ha tenido un accidente haciendo deporte en el gimnasio o en la pista de fútbol, pensé. Joder que mala suerte!<br />
<br />
Llego al banco, voy a la máquina de café siguiendo el ritual matutino y me llega la verdad verdadera. Ni accidente ni nada parecido. Ella, la trainee rumana de no sé qué departamento, se suicidó ayer, tirándose desde el noveno piso por un patio de luces.<br />
<br />
Pim, pam.<br />
<br />
Luego me vino la rumorología añadida y ahí lo dejé estar. Demasiado gore y demasiada fantasía que creo que no venía a cuento.<br />
<br />
Minuto de silencio al día siguiente a las 11 de la mañana.<br />
<br />
Uno de esos sucesos incomprensibles. <br />
A. Sandlerhttp://www.blogger.com/profile/10224455572428149794noreply@blogger.com8tag:blogger.com,1999:blog-3791446198256400220.post-86257982496010508972013-11-09T09:24:00.001+01:002013-11-09T09:24:15.438+01:00mercrominaFueron las raíces, las que me hicieron caer. Esas raíces descuidadas del jardín y que habían conseguido dominar el tablero de forma magistral. Donde antes había un césped cortado al milímetro, que nada tenía que envidiar a los mejores estadios de fútbol, ahora hay anarquía y confusión. <br />
<br />
Fue una caída tonta, como la mayoría de ellas, pero dolorosa. Consiguió que se me abriera una brecha en el pantalón al nivel de la rodilla con la consiguiente sangre de por medio. Más aparatoso que grave. Recuerdo que llamé al timbre de la Sra. Mindle, la gran vecina. Dudé si todavía, viviría en la casa de al lado.<br />
<br />
Del interior de la casa salió una chica joven con cara de pocos amigos. Obviamente, que alguien te despierte un sábado sobre las 8.30 de la mañana no gusta a nadie. Me apresuré a pedirle perdón pero al ver mi rodilla su cara se relajó y me pidió que pasara.<br />
<br />
Bonita cocina, de estilo provenzal, mucha madera, colores suaves y decapados y en general una atmósfera relajada que invitaba a tomarse un gran desayuno. Me senté en una silla a esperar, mientras oía a mi “enfermera” revolver uno de los armarios de la habitación contigua.<br />
<br />
Llegó al poco rato. Palangana, agua, agua oxigenada y mercromina. Mercromina? No pude evitar contener la risa. Hacía años que no veía un bote de esos y me transportó de inmediato a los veranos cálidos que pasaba en esta área.<br />
<br />
Ella pareció intuir mis pensamientos, y me dijo: “cuánto hace que no te pelabas una rodilla, vaquero?” Sonreí, demasiado sin duda,…<br />
A. Sandlerhttp://www.blogger.com/profile/10224455572428149794noreply@blogger.com8tag:blogger.com,1999:blog-3791446198256400220.post-8239635676656286082013-10-31T17:08:00.001+01:002013-10-31T17:08:28.838+01:00FuneralEstar en un funeral no mola. El ambiente se tensa y la atmósfera se vuelve cargante y casi irrespirable.<br />
Hasta aquí nada nuevo.<br />
Estar junto a la mujer de tu compañero que estrena su condición de muerto, no mola. Saber que esa bala perdida y tonta no debería haber impactado a tu amigo es duro de aceptar. Saber que lo justo hubiera sido que te hubieran dado a ti es un drama pero vas a convivir con ello. Los pastelitos de marisco que están sirviendo son deliciosos, por cierto. El champán hace el resto.<br />
Empiezo a sentirme algo mareado y porque no decirlo, borracho también. Saber que tu amigo se interpuso en la trayectoria suena a gesto heroico pero tu en el fondo sabes que no es así. Sabes que beber en acto de servicio no está bien pero es práctica habitual. El gesto heroico de tu compañero no fue tal, pese a la paliza que está soltando el jefe de la policia en su discurso. Esa estrella al valor concedida a título póstumo es una mentira. Sam, mi compañero, iba tan borracho que tropezó y la bala le machacó el tórax.<br />
Lloro por las mentiras aunque todos piensan que lloro por Sam. Lloro por las injusticias del mundo aunque para ser justos la mujer de Sam tiene un culo de escándalo (ahora que me fijo bien).<br />
Hora de irme a casa con mis fantasmas.A. Sandlerhttp://www.blogger.com/profile/10224455572428149794noreply@blogger.com6tag:blogger.com,1999:blog-3791446198256400220.post-50211307934558427142013-10-20T21:28:00.001+02:002013-10-20T21:28:56.034+02:00Sueños de granjeroJeff es granjero. Diría que trabaja de sol a sol pero mentiría ya que aquí casi nunca sale el sol. Está nublado y llueve casi todos los días pero trabaja sin parar.<br />
Va con su tractor azul enorme de arriba a abajo, tiene vacas de leche y vacas de carne como dice él. Cuesta entenderle, su alemán es correcto pero su acento está viciado por su idioma materno. <br />
Es joven, apenas debe llegar a los 25 pero su rostro y manos hablan de otra cosa, como el que ha estado en el frente y suele padecer una vejez prematura y prolongada.<br />
Trabaja incluso los días de guardar y sueña con casarse con Manon, su novia. Ella es fea, de eso no hay duda pero buena gente. Solía montar a caballo pero eso debió ser cuatro vidas antes a la actual. Sueñan con el día después de su boda, el día que irán de viaje no muy lejos pero al menos unos 4 o 5 días seguidos. Cosa que nunca han hecho hasta ahora.<br />
<br />
Maneras de vivir, diferentes a la mía pero de igual forma válidas.A. Sandlerhttp://www.blogger.com/profile/10224455572428149794noreply@blogger.com4tag:blogger.com,1999:blog-3791446198256400220.post-88478545299410425032013-10-18T20:42:00.000+02:002013-10-18T20:42:03.934+02:00Crónicas lejanasMudarse de país no es fácil pero creo estar preparado para la vuelta!<br />
<br />
;)A. Sandlerhttp://www.blogger.com/profile/10224455572428149794noreply@blogger.com4tag:blogger.com,1999:blog-3791446198256400220.post-4642682112148562702013-09-18T13:11:00.002+02:002013-09-18T13:11:43.454+02:00PolarEl día que conocí a Ricardo Cazador fue un día más, sin nada especial. Él estaba sentado en la mesa más cercana a la ventana cuando yo entré en el comedor y me puse a la cola bandeja en mano esperando a que me sirvieran el menú.<br />
<br />
Recuerdo que el menú del día eran lentejas estofadas o sopa de fideos de primero, y pollo a la jardinera o merluza plancha de segundo. Lo recuerdo porque pensé que ese era un menú típico de colegio. Y es que en el fondo, ahí donde estábamos era algo parecido a un colegio.<br />
<br />
Barracones aclimatados y adaptados pero que no dejaban de ser barracones. Gente de todas partes del mundo, eso era genial. Los rusos con su gueto, los americanos y su fast food, los europeos que difícilmente hacían piña y los asiáticos que sin duda eran las máquinas de trabajar. <br />
<br />
R. Cazador era hombre de pocas palabras, pero era lo más cercano a un amigo que yo tenía ahí, en pleno círculo polar ártico dónde los inviernos eran francamente calamitosos. Compartíamos habitación y lavabo y poco más.<br />
<br />
Fue una época muy dura ya que literalmente sentía que estaba en el último confín del mundo y era consciente que si una enorme tormenta de nieve nos sepultaba, pasarían días y muchos antes que nadie de la civilización se diera cuenta de nuestra ausencia.<br />
<br />
Hoy R.Cazador ha recibido el premio Nobel de Física. Me he sentido orgulloso ya que sé que yo contribuí aunque sea de manera pequeña a ese magnífico triunfo.<br />
A. Sandlerhttp://www.blogger.com/profile/10224455572428149794noreply@blogger.com14tag:blogger.com,1999:blog-3791446198256400220.post-23378785503032674462013-09-16T13:08:00.000+02:002013-09-16T13:08:21.536+02:00A buen recaudoEmociones encontradas diría yo. Ha sido raro, creo que no hay mejores palabras para describirlo. Creo que abrir ese cajón ha sido como destapar la caja de Pandora o la de los truenos. <br />
<br />
Mi abuela Reme falleció hará cosa de un mes. Pero eso ahora, para vosotros, carece de todo interés. No digo que no me sintiera apenado pero ahora eso ha pasado a un segundo plano. Además murió “de vieja” como se suele decir y a la hora de la siesta, después de su copazo de cognac. La muerte del justo creo que la llaman. De todas formas, insisto eso no tiene importancia ahora.<br />
Ella fue siempre el puntal de la familia, la que de alguna manera (dejémoslo así) nos mantenía unidos. Hasta ahora, la recordaba como una abuela de las de manual, cocinera excelente y de raciones astronómicas, paciencia infinita y la que ofrecía algo de cobijo cuando en casa nos caía una buena bronca.<br />
<br />
Accedí a ayudar a mi madre a vaciar el piso ya que de un tiempo a esta parte el curro flojea. Ella se encargaba de vaciar su habitación- ya que presumiblemente es donde estarían sus cosas más confidenciales si es que la hubiera- y yo del salón.<br />
Hacía un buen rato que había vaciado las estanterías y puesto los libros para la parroquia- siguiendo las consignas de la Reme cuando me dispuse a vaciar los cajones. Mi atención era nula ya que no esperaba encontrar nada. Los vacié todos y tan sólo me quedaban los pequeños. Se abrían con llave.<br />
<br />
Y no tenía la llave. Busqué pero nada. Entonces, recordé que un día la Reme me dijo que buscara lo que buscara siempre estaría en el horno. Al principio, ignoré esa premisa por absurda pero al cabo de varios minutos pensé que no perdía nada por buscar ahí.<br />
<br />
Bingo. La llave estaba ahí. La metí en la cerradura, giré y se oyó “un clic”. Abrí el cajón y lo vacié, nada serio, facturas viejas y algún que otro rosario. Cuando lo cerré, noté algo raro. El cajón no cerraba del todo y eso me intrigó ya que todos los cajones estaban vacíos y no tenía sentido. <br />
<br />
Saqué el cajón completamente. Había una especie de trampilla, apreté y del lateral salió una especie de escondite para papeles. A todo eso, mi madre seguía enfrascada, a lo suyo, ajena al descubrimiento que yo iba a hacer.<br />
Cogí los papeles y me dispuse a leerlos. Necesitaba las gafas de leer pero mientras las buscaba me asaltó la duda.<br />
<br />
¿Debía rebuscar y hurgar en los papeles secretos de mi abuela? <br />
A. Sandlerhttp://www.blogger.com/profile/10224455572428149794noreply@blogger.com10tag:blogger.com,1999:blog-3791446198256400220.post-11642033006895497732013-09-13T17:10:00.001+02:002013-09-13T17:12:02.832+02:00dominguerosSacó la leche de la nevera. Le gustaba beberla fría, muy fría incluso en pleno invierno cuando el mercurio apenas asoma la cabeza por los números positivos. Se sirvió un generoso vaso y dejó el cartón en la encimera. Como era habitual en él, se fue a por la caja de las galletas y las mojó (“sucar” como decimos en catalán) y se dispuso a leer la prensa.<br />
<br />
Era el placer de la semana, el de los domingos. Levantarse sin nada más que hacer, desayunar, desperezarse, ducharse mientras escuchaba música clásica, afeitarse con la pachorra del que sabe que tiene todo el tiempo del mundo. La mesa de madera, el parquet, la fina lluvia cayendo y lamiendo las ventanas,…todo era perfecto.<br />
<br />
Bajó la vista al periódico ya que se disponía a dar rienda suelta a eso que tanto le gustaba, leer con calma. Desenfocó la vista ya que lo que vio le desconcertó. Se atusó el flequillo, ladeó la cabeza de lado a lado como el que calienta antes de entrar al campo de fútbol o algo parecido. Volvió a bajar la mirada y se le heló la sangre.<br />
<br />
No entendía lo que leía pese a ser el periódico de toda la vida. Era ininteligible no era capaz de discernir el mensaje ni los titulares. Se levantó como un resorte, tanto que derramó el vaso de leche pero ni tan siquiera se inmutó.<br />
<br />
“Mierda, mierda, mierda”- decía a regañadientes. Empezó a caminar en círculos de forma acelerada.<br />
<br />
Su mujer estaba escondida detrás de la pared contigua, intentando contener la risa y con los brazos abrazando su bajo vientre para conseguir controlar los espasmos provocados por la broma. Su broma.<br />
<br />
Hoy era el día de los inocentes y había encargado a un amigo el diseño de una portada en un lenguaje extraño para festejar este día y devolver alguna de las numerosas bromas que él le solía gastar a ella.<br />
<br />
El esfuerzo que estaba haciendo ella era titánico ya que sabía que si él oía su risa, el plan estaría tocado de muerte. De golpe paró su actividad estomacal y acercó su oreja más cerca, si cabe, ya que él estaba hablando.<br />
<br />
“Joder, no puede ser el médico me dijo que la evolución sería más lenta, que tendría tiempo de explicárselo a mi mujer y amigos. Pero el avance ha sido terrorífico, devastador soy incapaz de leer el periódico, no entiendo ni una de las palabras que leo. El médico me dijo que esto pasaría pero dentro de un tiempo. Puta enfermedad degenerativa”<br />
<br />
De golpe se oyó un ruido hueco al otro lado de la pared, alguien se había desmayado del susto.<br />
A. Sandlerhttp://www.blogger.com/profile/10224455572428149794noreply@blogger.com12tag:blogger.com,1999:blog-3791446198256400220.post-44790476633414485232013-09-09T12:55:00.001+02:002013-09-10T10:35:16.082+02:00juegos de manosSe trataba de un juego de confianza. Uno de esos, que cuando te los proponen piensas que son una estupidez de dimensiones galácticas. Yo, a mi edad (sea la que sea), tengo qué hacer esto?- suele ser el pensamiento instantáneo y recurrente. Suele ser una actividad típica de cursos impartidos a empleados de grandes empresas.<br />
<br />
Se buscaba crear y reforzar los vínculos con tu compañero, concretamente con el que se encontrara delante de ti. Se miraron a los ojos, ni una sonrisa aparente que relajara el tenso ambiente. Se vendaron los ojos, juntaron las puntas de sus zapatos, se dieron las manos y dejaron caer el peso de sus cuerpos hacia atrás.<br />
<br />
En ese frágil equilibrio tenían que decirse la primera cosa que les viniera a la cabeza sobre el otro. <br />
<br />
“Tienes las manos menos suaves que he tocado en mi vida. Son grandes, gordas y poco cuidadas. Tu piel está seca y tus dedos parecen morcillas. El hecho que no lleves anillo no me sorprende ya que o bien no tienes mujer, lo cual no es muy posible o si la tienes, es imposible que te quepa en esos dedos regordetes”- soltó ella de forma rápida, clara y contundente.<br />
<br />
Su equilibrio se vio levemente afectado por que sin duda esa afirmación le había molestado.<br />
<br />
“Gracias por tu sinceridad. Puestos a ser sinceros, de tus manos suaves, pequeñas, finas y muy cuidadas, deduzco que eres una persona de posibles. Una de esas niñas de papá que se aburren y dedican gran parte del tiempo a la manicura. Qué manos tan finas tienes niñita”- cargó él con ironía, mezquindad y con todo lo que pilló a su alcance.<br />
<br />
El equilibrio se vio está vez más afectado.<br />
<br />
“A ver paleto, soy pianista. Una gran pianista, he tocado en los mejores escenarios del mundo y ganado multitud de premios. De ahí que tenga que cuidar mis manos, mi herramienta de trabajo. Y mi padre murió cuando yo tenía apenas 12 años”- contestó ella en un claro tono desafiante.<br />
<br />
“Disculpe “lady” pero un servidor es agricultor y poseo varios miles de hectáreas y soy el terrateniente más grande de este país. Mis manos son el reflejo de mi vida, trabajo duro, constancia y también son mi herramienta de trabajo”- dijo él no con poca irritación.<br />
<br />
“Lo que yo decía, un paleto”- ella.<br />
<br />
“Lo que yo decía, una gilipollas”- él.<br />
<br />
Se soltaron de las manos y ambos cayeron al suelo. Una metáfora clara de lo bajo que habían caído en sus vidas ya que ambos, pese a ser diferentes, compartían algo: su afición a la botella y a empinar el codo.<br />
A. Sandlerhttp://www.blogger.com/profile/10224455572428149794noreply@blogger.com15tag:blogger.com,1999:blog-3791446198256400220.post-10970085684715653152013-09-06T10:07:00.000+02:002013-09-06T10:14:56.667+02:00Animador y cruceristaMe cuenta un buen amigo que ha decidido cambiar de estilo de vida, que se ha cansado de recibir palos y ser un personaje previsible con una vida programada. Esta mañana ha entrado en el despacho de su jefe y le ha dejado la carta de renuncia encima de la mesa, se ha dado la vuelta y se ha ido por dónde había venido.<br />
Me cuenta mi buen amigo que no han intercambiado ni una sola palabra, lo cual le ha hecho inmensamente feliz y ha recogido los cuatro enseres personales del cajón de su mesa. Ha saludado a Reme y a Juan y ha salido del edificio gris, de la calle triste y del barrio muermo para siempre, según él.<br />
<br />
Le pregunto a mi buen amigo a qué va a dedicar su tiempo con sumo tacto e intentando no parecer condescendiente con él. Creo que lo consigo cuando me dice, crucerista, de profesión crucerista. Frunzo el ceño y pregunto, ¿existe eso? Sí, voy a ser animador en cruceros por el Mediterráneo en los meses de verano y por el Caribe en invierno.<br />
<br />
Suena bien.<br />
<br />
No puedo evitar sentir algo de envidia.<br />
A. Sandlerhttp://www.blogger.com/profile/10224455572428149794noreply@blogger.com8