miércoles, 22 de abril de 2009

relats curts TMB

El otro día pillé el metro para ir a ver a María al hospital. En las pantallas salían una serie de relatos de gente que cogía asiduamente el metro y que se habían presentado a un concurso de relatos cortos organizado por TMB.

Este es el relato que he enviado al concurso de relatos cortos de TMB:
http://relatscurts.tmb.cat/aspx/ca-ES/relat_view.aspx?sid=2941

Recuerdo que era un día gris, de esos que invitan a sentarse en el orejero, acomodar el culo aprovechando todo el espacio que te ofrece la superfície del cojín mullido y coger el último libro de Paul Auster o del gran Murakami en busca de sosiego.
Sin embargo, tenía que ir a cubrir una de esos actos socio-políticos de una fundación recién creada por el "molt honorable ex- President" en favor de los niños pobres del Congo. Habrá paseado por el Raval este buen hombre o por la Mina- pienso en mi dolby surround cerebral- no hay que irse a África para ayudar aunque claro no es ni tan glamouroso ni vende tanto.

En fin, pillo los "ferros" en Pàdua, es la solución más segura. Me siento frente a un niño de unos cuatro años. Su cara me suena. Es rubio y tiene ojos claros. Soy incapaz de distinguir el color. El día que, en clase, explicaron los matices y las tonalidades de colores yo debía estar absorto en algún vago pensamiento. Está mirando por la ventana. Parece distraído.

"Te estaba esperando"- dice de forma clara y contundente. Me giro buscando a La Voz, esperando encontrar algo parecido al bueno de Sinatra. No encuentro resultado.
Entonces, el niño gira la cabeza y me mira fijamente y repite: "te estaba esperando. Llegas tarde"- "Perdón? No te conozco. Cómo te llamas? Te has perdido?"
Me ha pillado tan en fuera de juego que contesto preguntando, algo muy de político pero poco profesional para un reportero como yo. "Me llamo Hans y soy tu hijo, papá. Te estoy esperando" Balbuceo, empiezo a sudar y me pellizco la piel. Si antes estaba fuera de juego ahora el árbitro ha decidido expulsarme del partido por reincidente y por bobo.
"Es imposible. Si fuera tu padre, me habría enterado, habría vivido tu parto, tus primeros biberones, pañales,..." Me mira, se ríe, gesticula cual showman en pleno programa de televisión intentando arañar un puñado más de share a la competencia. Sin ser ningún experto en el tema, le considero demasiado maduro para sus cuatro años escasos que debe tener, su vocabulario, su postura, incluso su manera de dirigirse a mí. Algo no cuadra.

"No te creo, si es una broma no tiene gracia. Te conocería, sabría tu color favorito, tu plato predilecto, tus dibujos preferidos". " Yo soy yo pero quizás deberías imaginar un horizonte temporal un poco más lejano que el que crees estar viviendo". El frenazo del ferrocarril a su llegada a Plaza Cataluña me distrae por un momento, he llegado a mi destino. Me giro y él ya no está. Me quedo quieto como una de esas estatuas callejeras de las Ramblas.

"Adammmmmmmmmmmmmmm"- de golpe me despierto por el grito de mi mujer Audrey. "Crucecita rosa, es rosaaaaa" - grita exaltada al entrar en la habitación. "Perdón?"- suelto aturullado y sin saber si estoy pisando la luna o acudiendo a un concierto de la movida madrileña. " Estoy embarazada, qué ilusión!!!"- me dice. " Es un niño y se llamará Hans"- le digo con la mejor de mis sonrisas.

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