jueves, 16 de febrero de 2012

la verdadera Guerra Fría

Nicolás siempre pensó que ir al supermercado era divertido. Cuando viajaba tenía por costumbre darse un garbeo por un par de supers para ver qué tal, decía que eso era cultura popular y autóctona. Otra de los rituales que cumplía era visitar las inmobiliarias para ver qué costaría vivir en una casita por ahí. Solía hacer volar la imaginación, se veía tomando un gin tonic en esa terraza que aparecía en la foto o se imaginaba cocinando unos riquísimos tortellini con setas y trufa.


La reafirmación de su afición por visitar supermercados le llegó un día estando en Rusia. Era pleno mes de agosto y cómo no el país ruso no admite tibiezas en lo que a temperaturas se refiere. El calor era abrasador. Entró en el super y se sintió decepcionado al no notar alivio ya que no había aire acondicionado.

Pensó que la zona de los congelados y las neveras era el mejor sitio. Emprendió su ruta por el pasillo de las galletas y chocolates. Nada destacable pensó. Giró a mano derecha hasta ir a parar con el de la comida enlatada, el nivel está bajando pensó.

Posteriormente, viró a la izquierda y enfiló el pasillo de las lejías y detergentes. Al final, vio la luz. Llegó al sector de los congelados y literalmente se imaginó llamando a las puertas del cielo, una gran puerta de madera encima de una nube. La zona estaba llena de rusas en camiseta, sin sujetador y con una temperatura más que fresquita. Se imaginó aprendiendo ruso tan sólo para decirle cosas bonitas a la rubia de la zona de los calamares, luego giró la cabeza y se imaginó de viejo en pleno invierno con esos gorros de foca en la cabeza con la morena que estaba delante de la nevera de los helados.

Ahhh, por fin entendía lo de la guerra fría, el porque USA quería dominar y someter a la extinta URSS. Lo del comunismo vs capitalismo era una burda cortina de humo que intentaba esconder el puritanismo yankee y el hecho que las chicas de los congelados de USA daban pena al lado de las Oxanas, Angelinas y compañía.

Todo había sido una pura mentira. Putos gringos!

6 comentarios:

  1. Jajajaja!!! Venga ya, si casi siempre los que están en las zonas de congelados son chicos, y el frío no les sienta especialmente bien ;P. Yo creo que Nicolás se murió de un golpe de calor y fue al cielo. Al ruso, claro. Besos, guapo!!!

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  2. soy antiyanqui igual que tu... pero por muchas muchas razones incluida la cocacola

    :P

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  3. =D

    Voy fatal de tiempo pero... me encanta leer tus cosillas. Me ha gustado mucho este también, muchos besos y que tengas un buen fin de semana.

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  4. Lili; los hombres se quedan en el pasillo de cerveza+cacahuetes+patatas o en el de los vinos...Nicolás encontró el cielo en ese gran supermercado ruso!!

    Jo; no soy especialmente anti ni pro-yanqui. Simplemente tenía que darle un final a este relato,...

    Exter; siempre es bueno verte por aquí ya que siempre dejas un comentario positivo. Mola!

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  5. Pues es imposible ser antiyanqui, sería casi como ser autodestructivo. Todos hemos crecido con sus series y ya no sabemos donde acaba su influencia y empezamos a ser nosotros.

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  6. Aina; 100% de acuerdo somos lo que somos gracias, en parte, a las series yanquis,...

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