lunes, 20 de febrero de 2012

mi amigo el tejón moteado

Nunca hemos sido personas de invierno. De esas que se recogen al abrigo de un mullido sofá y una manta de lana virgen, a poder ser que no pique. De esas que se cobijan bajo una lámpara de pie a partir de las cuatro de la tarde en busca de la tan añorada luz del sol.


Apetece coger el coche y conducir descapotados bajo un sol de justicia que dore nuestros sueños. Abastecerte de agua y poca cosa más que no sea ganas de paladear los sesenta segundos exactos que tiene un minuto y los 3.600 que tienen una hora. Pensar en frutas alegres más allá de la triste naranja y la aburrida manzana. Ir caminando y recoger de los árboles todo aquello que ha ido madurando en los largos meses fríos que acaban de pasar. Es el premio a la perseverancia, al levantarse cada mañana llueva, truene o granice. El verano es el merecido reposo del guerrero tras la ardua batalla y el remanso de paz que se ofrece ante la siguiente afrenta.
Despedir a los calcetines hasta nuevo aviso, finiquitar a los zapatos de forma rápida y sencilla gracias a la nueva reforma laboral. Contratar a las chanclas, los pantalones cortos y al buen humor. Dar paso a las hamacas y tumbonas en detrimento de sofás y butacas. Dormir la siesta como si de la última se tratara (con baba incluida) en vez de las cabezadas taciturnas del invierno. Saludar al optimismo que tan hondo se suele esconder en los albores del nuevo año del calendario, hacer eso del borrón y cuenta nueva. No hay nada que un buen baño salado y una cerveza al sol no pueda solucionar. Nada.
Brindar por los que vienen y sonreír recordando a los que un día nos dejaron paso. Aplaudir esas conversaciones a la luz de las estrellas como si del debate del Estado de la Estación se tratara. Abrazar esos momentos como si de una fruta exótica se tratara todo esperando beberte el mejor zumo del mundo.

Y es que hoy, día universal del tejón moteado, tenemos ganas de sol, ganas de camiseta, ganas de horchata y helado de pistacho.

10 comentarios:

  1. Pues no conocía este día pero te aseguro que a mí un día con los ingredientes que describe me apetecen todos los días, sea el del tejón moteado o el de la ardillla peluda.

    ResponderEliminar
  2. :) pero qué ganas de todo eso que cuentas... hasta un helado de pistacho me tomaba a cambio de sentir por fin el sol. Este año el invierno se me está haciendo eterno... ¿Tú también dices eso cada invierno?
    Besitos soleados.

    ResponderEliminar
  3. Bravooo! Braaaavooo!

    Es que me encanta el verano y aborrezco el invierno. Este fin de semana he tomado horchata para engañarme a mi misma y pensar que quedaba menos...

    Dios que ganas!

    Que vivan las terrazas, los helados, el gazpacho, los vestiditos con palabra de honor y los días interminables que a pesar de laborables, te permiten terminarlos en una terraza con los amigos tomando "la fresca"

    Besazos guapo!

    ResponderEliminar
  4. Ha llegado la primavera al blog de sandler.

    ResponderEliminar
  5. Morel; la suscripción vale pasta,...

    Sigrid; no conocías el día del tejón moteado? es mundialmente conocido,..

    Exter; yo en general me quejo bastante y bastante rápido así que cuando llevamos una semana de frío me quejo pidiendo buen tiempo,...y el helado de pistacho es un clásico!

    Celia; pues eso, que el verano mola más, mucho más.

    Irene; cuánto tiempo. Bueno verte por aquí. Todos queremos verano.

    Pilis; exacto, ayer era lunes y hacía frío, necesitaba escribir algo positivo!!

    ResponderEliminar
  6. Maripili, en el corte inglés no es primavera hasta que es primavera en el blog de Sandler, estamos de enhorabuena :D

    ResponderEliminar
  7. Exter, lo mejor de todo es que por primera vez en mi vida, sea cuando sea la primavera, me pillará depilada!!!!!! jajajajajajaja

    ResponderEliminar
  8. Yo también quiero primavera! Y terracitas, y copas de helado, y paseos por la noche, y playa, y sandalias, y uñas pintadas de rojo. No, más que primavera, lo que necesito es una ola de calor!!!! Besos!

    ResponderEliminar