lunes, 18 de noviembre de 2013

Pim pam desde el noveno piso

Debía ser un día frío ya que era el mes de noviembre en una ciudad centroeuropea cualquiera. Seguro que había llovido por que suele ser el pan nuestro de cada día.

Ella parecía ser una persona que a priori, lo tenía todo o al menos una situación privilegiada a ojos de terceras personas. Chica joven con un contrato de prácticas decente trabajando en un sitio de referencia. Con esa edad ideal, donde lo que cobras lo inviertes en vivienda y el resto lo sueles dedicar a ocio y si queda algo a comer. Sales y entras a tu antojo y ella al ser una “trainee” tenía una vasta red de coleguillas en su misma situación dada la última remesa de universitarios contratados.

Fiestas salvajes, con el típico código sagrado, “lo que pasa aquí se queda aquí”, colección de hormonas flotando por el ambiente buscando su flor. En fin, la época dorada que tan buen recuerdo me dejó a mí.

Mi despertador sonó con puntualidad ni británica ni suiza, la habitual. Deslicé el dedo para contener el estruendo y mire el mail como de costumbre. No suele haber nada interesante pero es un hábito adquirido.

Tengo un mail del presidente, miro que no sea personal ya que eso no molaría para nada. No lo es, es un mail trágico. Anuncia que ayer por la tarde, desafortunadamente un colega murió en las dependencias del banco.
Alguien ha tenido un accidente haciendo deporte en el gimnasio o en la pista de fútbol, pensé. Joder que mala suerte!

Llego al banco, voy a la máquina de café siguiendo el ritual matutino y me llega la verdad verdadera. Ni accidente ni nada parecido. Ella, la trainee rumana de no sé qué departamento, se suicidó ayer, tirándose desde el noveno piso por un patio de luces.

Pim, pam.

Luego me vino la rumorología añadida y ahí lo dejé estar. Demasiado gore y demasiada fantasía que creo que no venía a cuento.

Minuto de silencio al día siguiente a las 11 de la mañana.

Uno de esos sucesos incomprensibles.

8 comentarios:

  1. Suena a verdadero...si lo es lo conecto con el mío de M. La vida nos pega hostias tremendas a veces, o más bien al tipo de al lado, pero el bofetón resuena y nos acojona imaginar que nos podría dar a nosotros.

    ResponderEliminar
  2. Mucha rumorología y muy poco conocido realmente de esta colega. A veces, la soledad no es buena compañera y tener muchos colegas no significa tener un amigo.
    Un besote.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Detalles,
      Sí estoy de acuerdo pero aún estoy alucinando,..hay que tener una sangre fría brutal para coger y saltar.
      Pim, pam.

      Eliminar
  3. No!, es de verdad? no es un relato de mentira de los tuyos?
    Hace un año y medio más o menos, se suicidó un conocido. No era un amigo, pero si era amigo de un amigo y venían de vez en cuando al bar que tenía yo. Mi amigo tenía otro bar en la calle de al lado y este chico tenía otro bar acontinuación del de mi amigo. Un día, mi amigo escuchaba música altísima a una hora que todavía no estaban abiertos dichos bares, mientras limpiaba. Llamó a la puerta y no abrían. Al móvil, a la puerta, al móvil... finalmente a los bomberos. Y estaba allí, colgado. Colgado, tío. Un chavalín de veintipocos, que empezaban a irle bien las cosas... Nos quedamos todos impactados.
    Luego nos enteramos de que lo había intentado más veces. Supongo que en algunas mentes, esa tuerca está girada y es más fácil que se te ocurra hacer lo que a nadie se le ocurriría, o que aunque se le ocurriera no tendría valor para hacerlo. (Aunque siempre he pensado que para lo que se necesita valor es para levantarse cada mañana, pero bueno...)
    Muchos besos, que tengas buena semana.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Rune, desafortunadamente este relato es verdad.
      Sí, no sé supongo que algo "diferente"les debe rondar por la cabeza para tomar tal decisión.
      Buena semana estoy teniendo. Gracias!

      Eliminar