martes, 24 de abril de 2012

Las tardes del Rimini

Recuerdo que se te iluminaba la cara cuando oías el ruido de mis llaves. Habitualmente me quedaba agazapado en el marco de la puerta esperando escuchar el ruido saltarín de tus pasos corriendo hacia mí. Ya podía haber tenido el peor día del mundo que eso me salvaba. Cuando llegabas y me abrazabas era como si yo fuera un coche eléctrico y me conectaran a la red. Era pura energía en movimiento.


Los dos adorábamos ese día. Esa tarde del último jueves de mes. Esa tarde que compartíamos afición y devoción. Era parecido a lo que muchos padres sienten cuando llevan a sus hijos al campo de fútbol. Dos generaciones, incluso tres si se apunta el abuelo, unidos por una misma afición.

Siempre el mismo ritual. Vaso de leche. Galletas. Y la bolsa. Salíamos a la calle y enfilábamos la empinada calle en la que vivíamos. Otros días se nos hacía interminable pero el último jueves de mes era pan comido.

Llegábamos al teatro. Saludábamos al resto. Nos contábamos la vida y milagros mientras nos cambiábamos de ropas. Últimos discursos en alto intentando recordar el guión y a escena.

Público entregado dependiendo del día. Pero siempre ese sabor de boca dulce que deja saber que has hecho las cosas bien, que te has esforzado y que lo has logrado.

Por eso, cada vez que voy al teatro de espectador, no puedo evitar emocionarme. Es como volver a estar conectados. Orgulloso de saber que has hecho de tu pasión tu profesión. Ansioso por volverte a ver en escena.



12 comentarios:

  1. Oh, por favor, qué entrada más tierna!!! :)

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    1. Exter; te has cargado mi hombría, jajajaja

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    2. No, por favor, ¿habrá hombre más hombre que el que es capaz de enternecer a una mujer? :)

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  2. Estoy con Exter, que entrada tan bonita :-)))) Una "basada" o 100 por 100 inventada? No, no me llames cotilla..., bueno , un poco :P
    Un beso!

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    1. Lili; yo diría que es un 95% inventada. Lo único de cierto es lo de la puerta cuando llego a casa...es genial!

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  3. Un placer leerlo, siempre!
    Emotivo y exquisito relato, deja una gran caricia en el alma...

    Saludos azules desde mi playa que lo espera...

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    1. Alga; bueno verte por aquí. A ver si me paso por su playa un rato.

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  4. jajaja, tu hombría te la has cargado tú, ahora te vemos casi humano, ¿no estarás menstruando?

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    1. Aina; jajajaja. No se qué duele más si lo de "casi humano" o lo de menstruar. La verdad es que llevo unos días demasiado estresado y eso se nota.

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  5. Ostras qué bueno Sandler!
    UUUAAAAUUUUU de verdad, buenísimo, estoy sin palabras.

    jajajaja qué bueno Aína! serías el primer hombre que conozco que menstrúa dos veces en 15 días! jajajajajajjaa

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    1. Pilis; gracias. Me gustó desde la primera palabra. hay veces que sabes que lo que has escrito mola y ayer fue uno de esos días.

      Sobre la menstruación,...en fin!

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