lunes, 17 de septiembre de 2012

Cuando Cayetana caminaba sobre sus tacones

Cayetana siempre fue un nombre que le venía que ni pintado. Entre la infinidad de nombres que se encontraban al alcance, el suyo era sin duda el que mejor maridaba con ella. Mujer de porte elegante y menudo pero con una sombra muy alargada como si de un ciprés se tratara. Sin dobleces, ni trampa ni cartón, de esas personas que estás a favor o en contra de ellas.


“Caer mal a la gente no me importa, lo que no soporto es caer indiferente”- solía decir mientras apuraba su whiskey. La tentación de hacerse notar cuando había se hallaba rodeada era enorme. Tanto que no lo podía remediar.

No menos característicos eran sus tacones. Siempre andaba con ellos. Con estilo y gracia, que para eso dedicaba al menos una hora al día a caminar delante del espejo para perfeccionar su técnica.

Nunca repetía zapatos. Lo encontraba vulgar. No disponía de gran capital por lo que ponía en práctica una táctica muy cuidada y estudiada para poder devolver los zapatos una vez usados. Se ligó a un podólogo para que le hiciera un estudio detallado de su forma de pisar para saber exactamente en qué cuatro puntos se concentraba el 80% de su peso. Una vez lo tuvo, dejo al podólogo por tener una profesión poco glamorosa y se fue a la ferretería del barrio para comprar un celo de doble cara transparente para poder engancharlo en esos cuatro puntos y así evitar la aparición de rozaduras en las suelas.

Su táctica siempre dio resultado, era un plan perfecto o casi. El hecho de caminar cada día con zapatos nuevos era un martirio y provocó que sus pies se deformaran por culpa de los juanetes. El dolor llegó a tal extremo que no lo pudo soportar y, negándose a pasar por el quirófano (ya que hubiera tenido que llevar zapatillas durante un par de semanas), se quitó la vida.

La última vez que la vi, salió con los pies por delante. Tal y cómo ella quería ser recordada.



11 comentarios:

  1. Oh, jajajajajaja!!! La gente es de un friki... Yo no lo entiendo, que soy de lo más normal y carezco por completo de manías...
    Besos!
    Pd:- Lo de los zapatos y el celo es real? No es que lo vaya a hacer, que va, es por culturilla general ;-)
    Pd.- Lo de "sin dobleces ni trampa ni cartón" será dejando de lado al gremio zapatero, no? :P

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    1. Y lo que mola ser friki (moderadamente friki),...
      Lo del celo no lo sé, la verdad es que me lo he inventado!
      Lo de dobleces ni trampa ni cartón, es subjetivo!!

      ;)

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  2. Lo que se llama morir con las botas (o los taconazos) puestos ;P

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  3. No estás tan mal, jaja. A mí me gustó. Los tacones suenan bonito al caminar, pobrecita iba a extrañar el sonido.

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    1. C'est moi; bienvenido/a!!! Ya verás como un poco mal de la azotea sí que estoy.

      bueno verte por aquí.
      saludos;

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  4. Antes muerta que sencilla.
    Me encanta volver a la blogosfera para poder leer historias como esta.

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