viernes, 13 de abril de 2012

Cariño, no es lo que parece,...

Martin era un tipo corriente, con una vida corriente que estaba casado con una tipa corriente que a su vez vivía de forma corriente. Todo era corriente o al menos eso era lo que parecía a ojos del resto.


Él tenía el típico trabajo que nadie entendía. Al principio, Martin se esforzaba en intentar explicar en qué consistía su día a día. Con el tiempo, la desgana se apoderó de su discurso y tan sólo decía que se dedicaba a los números cuando le preguntaban. La mayoría se daba por satisfecha con esa respuesta. Su mujer, Mary era publicista. Vestía de forma moderna y se consideraba a sí misma como alguien “cool” y guay. Martin era todo lo que no encontraba en su mundo laboral. Era aplicado, serio, formal y sobre todo fiel. Ella era desordenada, creativa, con ganas de comerse el mundo y muy flexible.

Eran como el día y la noche pero la unión funcionaba. Ella solía llamarle a él cariñosamente “Ying” y él le correspondía con un “Yang”. La pareja funcionaba bajo unos parámetros muy claros. Estaba prohibido hablar de trabajo durante la cena, todo el mundo tiene problemas así que mejor no agobiar al otro con tus cosas. Los domingos comerían siempre en un sitio distinto, así evitarían caer en las tediosas tradiciones de comer en casa de los padres. La infidelidad no estaba permitida de forma oficial aunque llegaron a un acuerdo privado dónde la única condición que se ponía es que el otro no se enterase. No valían confesiones sinceras y desgarradas de sofá un domingo lluvioso por la tarde. Respecto a esto habían hecho una leve excepción, los dos habían elaborado una lista de cinco personas del sexo contrario famosas con las que se podían llegar a acostar llegado el improbable momento y dónde estaba permitido contárselo al otro. Los dos coincidían en que sería muy triste ligarse Monica Belucci o a George Clooney y no poder contarlo.

La última y quizás más estrambótica norma era que tan sólo podían beber Coca-Cola nunca Pepsi o cualquier otro refresco de cola. Esta cuestión la impuso Mary ya que su agencia llevaba la cuenta de Coca-Cola y ella había firmado un contrato de fidelidad que se extendía a los familiares directos. Él no tuvo más remedio que aceptar.

Era domingo al mediodía. Mary llegaba de pasar el fin de semana con sus padres. Martin se había quedado porque el día anterior tenía una despedida de soltero de James. Mary abrió la basura para vaciar el cenicero.

El gesto de su cara se torció, fue al salón y le dijo a Martin: “Quiero el divorcio. Has infringido una de nuestras reglas sagradas”.

Martin, cariacontecido, se levantó y preguntó: Porqué?

Ella, desconsolada: “Mira en tu basura”.

Él abrió el cubo y dijo: “Noooo. Cariño no es lo que parece”.

Ella: “No te creo”.

Él: “Stuart fue al paqui y compró Whisky y Pepsi. Yo no lo sabía. Se sirvió él mismo. Yo estaba aquí en el sofá con James y Mark”.

Ella: “Has sembrado la duda y puede que hayas arruinado mi carrera, imbécil”.

Él: “Cariño, de verdad, no es lo que parece”.

14 comentarios:

  1. Ya es complicada la convivencia como para, encima, poner ese tipo de prohibiciones tan absurdas. Si los de Coca-cola quisieran que yo no bebiera otra marca...deberían asegurarse de suministrarme el refresco de forma gratuita en todos los establecimientos.

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  2. Aina; no se pueden criticar las prohibiciones ajenas y más si son raras de cojones, cómo esta.

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  3. Jajajajaja!!! Muy corriente la pareja, sí. Y totalmente de acuerdo: yo me ligo al Nespressito y estoy segura que JC lo comprendería. Al contrario ya no estoy yo tan segura :P.
    Y sí, las cosas no siempre son lo que parecen, jajaja!!!
    Besos!!!
    Me he reído mucho con la entrada ;)

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    1. Lili; de lo más corriente. Si hasta te alegrarías que JC se ligara a M.Belucci (fardarías en la pelu,...)

      Las cosas raras veces son lo que parecen;)

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    2. No, de eso nada!!! Cómo me voy a alegrar??? Si todavía fuera Sienna Miller... Y sí, en la pelu voy a fardar mucho..., no veas tú...
      :P

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  4. Relato antes de dormir :) me gusta! buenas noches ^^

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  5. Sandler:

    A pesar de hacer poco tiempo que paso por aquí intuyo que en esta practicidad literaría, en la que te encuentras como pez en el agua, nada es lo que parece. Ahí, compañero, ese puntito suspensivo que, en cierta manera, es la labor del lector frente al texto me gusta. Gracias.

    Salud.

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    1. Clochard; cuándo hablas de practicidad literaria te refieres a hablar de lo cotidiano? cuando leo me gusta que me sorprendan al final, que me salgan con algo que no entraba en mis planes,...
      Mola verte por aquí de nuevo!

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  6. Amos, no me jodas! jajajajajajajaajajjaja
    Joder qué bueno! tienes toda la razón, si él no es capaz de cumplir 4 normas básicas y fáciles, no merece la pena seguir luchando

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    1. Pilis; cómo me gusta la expresión "amos, no me jodas",...resume tantas cosas!
      Cuatro normas de ná! Si es que los jóvenes de hoy en día no aguantan nada de nada.
      Buen lunes.

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    2. sí, agüelo, por eso hay tantos divorcios hoy en día, las nuevas generaciones no saben lo que es aguantar en un matrimonio

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  7. Sandler:

    Cuando hablo, en tu caso, de practicidad literaria me refiero a lo que desarrollas con unas pocas cosas, no muchas, en un recorrido corto. La capacidad de, en unas cuantas lineas, ir del principio al fin de la historia y salpimentarla muy bien, y de regalo el punto suspensivo.

    Salud.

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  8. jajajaja Gracias Sandler, hoy has hecho que sonría :)

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