martes, 3 de julio de 2012

sabíamos que era cuestión de tiempo

Clara,


“Viajar ligero de equipaje es lo mejor. Es indispensable, de hecho”
Esta frase se la leí a uno de Los Grandes hace varios años ya. Probablemente en su blog. Me parece simplemente genial.

Hoy iremos a tu tierra. Has conseguido reunirnos a todos pese a que vivimos y trabajamos en un mundo de locos. Un mundo que nos sume en una enorme noria que va dando vueltas y que los días se suceden a velocidad de vértigo. Hoy tú has conseguido parar la noria y que nos bajemos un rato.

Pese a que hacía tiempo que no estabas por la oficina, hoy el aire que se respira es más denso y paradójicamente el silencio es atronador. Parece que hasta los teléfonos se han alineado y han decidido que hoy es día de guardar, día de pensar en las cosas grandes.

Días como hoy me hacen pensar que aquellos que dejáis el barco en los primeros puertos de la travesía, lo hacéis de forma desinteresada y solidaria. Una solidaridad que busca hacernos reflexionar al resto para que de vez en cuando apreciemos y valoremos la importancia de ver salir el sol cada día, de bebernos esos vinos en las suaves noches de verano con charlas interminables. La importancia de bañarnos en el mar, ese mar que te ha visto crecer. La importancia de comer pistachos, de leer esa lista de libros que siempre te aguardan, de llamar más a menudo a los tuyos, de quererlos más si cabe.

Por eso, hoy cuándo nos veamos por última vez en el puerto, te daré las gracias, pensaré en ti y en la suerte que tuve en conocerte. No lamentaré, no diré “que éstas cosas son injustas” por que lo son pero de nada sirve decirlo. Prefiero usar mi tiempo reviviendo esas comidas rápidas en la cocina de la oficina, estando triste porque tengo todo el derecho del mundo pero contento porque quiero creer que has dejado de sufrir.
Nunca he sido persona muy dada a las formalidades pero hoy no puedo evitar pensar en esas pelis donde hay un funeral de un marine joven, con la bandera y la trompeta sonando de fondo. Sé que es una chorrada pero me gusta ese toque ceremonial y no puedo evitar reproducir esa trompeta en mi cabeza.

Tan sólo me queda darte un beso, un abrazo y dedicarte este post.



P.d.- Desgraciadamente, este post no es ficción y Clara murió ayer.

10 comentarios:

  1. Descanse en paz. Un abrazo Sandler.

    ResponderEliminar
  2. Qué desgracia. Lo siento. Descanse en paz.

    ResponderEliminar
  3. Sandler:

    Espero que no se haya muerto del todo y que continúe siendo tan buena compañera. Seguro que seguirá, de una u otra forma con vosotros. El buen recuerdo puede compartir el presente. Lo siento mucho.

    Salud.

    ResponderEliminar
  4. Lo lamento. Lamento que muera gente tan joven, que no se encuentre solución para ciertas enfermedades. pero tu manera de afrontarlo es precioso y dice mucho de ti.
    Ojala que al menos tenga la oportunidad allí donde este tenga la oportunidad de ver hoy lo mucho que la quereís.

    ResponderEliminar
  5. Un beso gigante, Sandler. De corazón.

    ResponderEliminar
  6. No puedo ponerme moñas, no te gusta y sería una falta de respeto hacia ti. Tan sólo enviarte un abrazo.

    ResponderEliminar
  7. No puedo ponerme moñas, no te gusta y sería una falta de respeto hacia ti. Tan sólo enviarte un abrazo.

    ResponderEliminar