miércoles, 17 de octubre de 2012

Un globo, una pizza y algo de marketing

Fred lleva a su hijo Tom al parque que está cerca de casa. No es muy grande, tan sólo un tobogán pequeño, un par de cuerdas y poca cosa más. Sin columpios por falta de espacio. Tom se distrae fácilmente y juega, no deja de jugar.


En el horizonte, Tom divisa una amenaza. Se acerca lento pero seguro. En cuestión de segundos su vida momentáneamente apacible de padre en el parque se va a ir al garete. Él lo sabe, “la amenza” lo sabe y todos lo saben.

La amenaza es un empleado de la pizzería de la esquina que se dedica a repartir globos azules y rojos entre los niños. Además, usa una táctica burda ya que mientras los reparte les dice a los niños si les gustaría cenar pizza esta noche. Fred no es un talibán, de hecho la pizza le encanta pero entiende que se ha de limitar. De ahí que le joda soberanamente el marketing del pizzero.

Tom anda feliz con su globo. Es azul y parece resistente. Tom abre la mano. El drama está servido.

El globo sube. Sube sin parar. A unos 10 metros de altura se empieza a desplazar hacia la derecha, empujado por el suave viento que sopla hoy.

Fred tiene un problema. Tom llora a pulmón descosido (si “moco tendido” se acepta, “pulmón descosido” también). Fred le explica una historia del globo. Tom deja de llorar. Le brillan los ojos. Es un brillo aterrador porque Fred sabe que la pequeña cabecita está pensando y maquinando preguntas que él no va a saber responder.

Los “por qué” se suceden. Es una lucha sin cuartel. Fred se siente amenazado. Es como estar en un laberinto y no encontrar la salida.

Al final, Fred en un gesto que le honra admite que no sabe el porqué de la mayoría de las cosas que le pregunta Tom y definitivamente desconoce dónde va a acabar el globo azul.

Lo que sí sabe es que va a dejar de comer pizza en el establecimiento de la esquina. Por desleales.

12 comentarios:

  1. Desde que tengo hijas, odio los globos. Son asquerosos y no hay manera de echarlos de casa, vuelven y vuelven. A los que los regalan se los metería por cierto orificio y después los inflaría con un compresor eléctrico.

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  2. Qué bonita etapa la de los por qués...aún quedan más etapas como la de súbete el escote y bájate la falda.
    Y por supuesto ya sabrás que la lucha contra los globos está perdida.

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    1. La etapa del escote y la falda no la viviré, afortunado que es uno!
      Y sí, los globos han ganado por goleada!

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  3. ¿Hay algo de autobiográfico en este relato? :D

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  4. domino's pizza?fillsdeputa

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  5. jajaja, desde luego, los "¿por qué?" sucesivos son una lucha sin cuartel

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  6. Jajajajaja!!! Qué manera de jugar el pizzero con los sentimientos de los padres (valentía, decisión increbantable, imaginación, desesperacfión profunda, inicio de depresión, derrota; ya sabes, los que van del "nada de pizza" al "te compro una pizza y te callas???" :-P)! Hay que ser mala gente, pero mala mala...
    Un beso enorme!!!

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