viernes, 13 de septiembre de 2013

domingueros

Sacó la leche de la nevera. Le gustaba beberla fría, muy fría incluso en pleno invierno cuando el mercurio apenas asoma la cabeza por los números positivos. Se sirvió un generoso vaso y dejó el cartón en la encimera. Como era habitual en él, se fue a por la caja de las galletas y las mojó (“sucar” como decimos en catalán) y se dispuso a leer la prensa.

Era el placer de la semana, el de los domingos. Levantarse sin nada más que hacer, desayunar, desperezarse, ducharse mientras escuchaba música clásica, afeitarse con la pachorra del que sabe que tiene todo el tiempo del mundo. La mesa de madera, el parquet, la fina lluvia cayendo y lamiendo las ventanas,…todo era perfecto.

Bajó la vista al periódico ya que se disponía a dar rienda suelta a eso que tanto le gustaba, leer con calma. Desenfocó la vista ya que lo que vio le desconcertó. Se atusó el flequillo, ladeó la cabeza de lado a lado como el que calienta antes de entrar al campo de fútbol o algo parecido. Volvió a bajar la mirada y se le heló la sangre.

No entendía lo que leía pese a ser el periódico de toda la vida. Era ininteligible no era capaz de discernir el mensaje ni los titulares. Se levantó como un resorte, tanto que derramó el vaso de leche pero ni tan siquiera se inmutó.

“Mierda, mierda, mierda”- decía a regañadientes. Empezó a caminar en círculos de forma acelerada.

Su mujer estaba escondida detrás de la pared contigua, intentando contener la risa y con los brazos abrazando su bajo vientre para conseguir controlar los espasmos provocados por la broma. Su broma.

Hoy era el día de los inocentes y había encargado a un amigo el diseño de una portada en un lenguaje extraño para festejar este día y devolver alguna de las numerosas bromas que él le solía gastar a ella.

El esfuerzo que estaba haciendo ella era titánico ya que sabía que si él oía su risa, el plan estaría tocado de muerte. De golpe paró su actividad estomacal y acercó su oreja más cerca, si cabe, ya que él estaba hablando.

“Joder, no puede ser el médico me dijo que la evolución sería más lenta, que tendría tiempo de explicárselo a mi mujer y amigos. Pero el avance ha sido terrorífico, devastador soy incapaz de leer el periódico, no entiendo ni una de las palabras que leo. El médico me dijo que esto pasaría pero dentro de un tiempo. Puta enfermedad degenerativa”

De golpe se oyó un ruido hueco al otro lado de la pared, alguien se había desmayado del susto.

12 comentarios:

  1. ¡¡Mejor no gastar bromas!!! Donde las dan las toman. Pero nunca jugar con la salud, por si las moscas.
    Inteligente entrada, no esperaba menos.
    Un beso

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    1. Detalles; a veces las bromas se van de las manos como en este caso,... gracias por el piropo!

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  2. !Qué fuerte! ¿no? Para ambos...sobre todo para ella...
    Besos,

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    1. Pat; bueno, es fuerte para ambos pero sin duda ella se quedó helada. Gracias por pasarte;)

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  3. Es increíble, el final me ha dejado de piedra, que situación!!!

    El cazador cazado....

    Me ha encantado el relato, saludos :)

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    1. Nieves; bienvenida! Exacto el cazador cazado,...me alegro que te haya gustado el post.
      Saludos;)

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  4. Jooooooder...


    Habría sido mejor no hacer la broma. Oídos que no oyen, corazón que no siente, cuerpo que no se desmaya. Pero bueno, si fuese yo, preferiría enterarme aunque fuese así. La verdad por encima de todo.

    Besos

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    1. J.; al final no deja de ser una desafortunada coincidencia,... y yo tb prefiero saber la verdad;)
      Gracias por pasarte.

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  5. La pachorra es tan mediterránea...jajajajaja, me encantan los domingos de pachorra.
    En verdad yo siempre que despierto me gasto un poco de esa, me gusta hacerlo, prefiero levantarme media hora antes del tiempo estimado para tomarme con calma mi café mientras leo un poco, aunque estoy ya activa al 100%, pero esos 20 minutillos de ralentí, me dan los buenos días de un modo especial.
    En fin, a lo que iba...
    La entrada, que puedo decir, la verdad solo tiene un camino, y los secretos tienen las patitas muy cortas, pronto o tarde salen a la luz.
    A veces por casualidad, como este caso, otras por necesidad, pero desde luego a la pobre mujer se le paró el ataque de risa en seco.
    Lástima que para una vez que quería vengarse le salió un poco cara la broma.

    Besos mediterráneos.

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    1. Gala; a pachorras no me gana nadie pero la pena es que cada vez la practico menos,...no hay nada como un despertar de tranquis!
      pues sí que le salió cara la broma,;)

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