Entraste por la puerta como quien abre unas natillas de chocolate, sin cuidado y con tus grandes ojos redondos clavados en tu objetivo. Éste a la postre fui yo. Podría decir que me pilló desprevenido y que aquello no lo había planeado. Incluso podría confesar que me perdí en el cóctel de las sensaciones momentáneas y que tan sólo vislumbré la magnitud de todo cuando el vaso estaba ya vacío.
Lo podría decir pero no lo he dicho. Ni lo digo ni lo diré. Sería mentir al respetable y a éste lo tengo en gran estima y mediana consideración, por lo que tan sólo afirmaré lo innegable. Eres joven y todo en ti está intacto, o eso quiero pensar. Yo soy un profesor de universidad con algunas-bastantes horas de servicio a la comunidad y cuyo temario de historia de la filosofía hace tiempo ya que ha pasado a ser parte de mis actividades mecánicas que realizo sin pensar. Se fue la magia del otrora maestro del pensamiento clásico de los griegos, sin rastro de pasión y con más ganas de pensar en mi plan de jubilación que en los sofismas perdidos de nuestro tiempo.
Por eso, verte fue una brisa ligera que suaviza el bochorno. Tocarte fue algo parecido a una experiencia espiritual, sentirme dentro de ti fue simple y llanamente abrumador.
Como me gusta mi nuevo Mustang descapotable.
Jojojojo, esta misma mañana he visto un debate en internet en el que salía un profe mío de la universidad, ahora profe de filosofía, aunque a mí me dio otras asignaturas. Era uno de esos amores platónicos y supongo que yo no tenía nada que hacer frente a su mustang, de haberlo tenido...
ResponderEliminarQué gracia leer este relato y haber visto el debate el mismo día. Qué nostalgia tengo...
Rune, pues sí que es casualidad. Difícil competir con un mustang, ni digo que no pudieras competir pero un mustang es mucho mustang!
EliminarOOh, unas de mis fantasías favoritas es la de la alumna con el profesor... Me la has estropeado con ese final!!
ResponderEliminarUn saludo!
Telma, esa fantasia parece ser bastante comun. Siento lo del coitus interruptus!
EliminarHola, el otro día pasaste por mi casa y hoy he venido a saber un poco de tí, me gusta como escribes y el Mustang, nosotros teníamos uno, digo nosotros porque aunque tenia un dueño lo compartíamos todos, el coche y los gastos.
ResponderEliminarMe quedo y vendré de vez en cuando. Saltos y brincos
Ester, bienvenida a este local! Vaya caña tener un mustang... Espero verte mas veces por aqui.
EliminarAyyyyyy, los descapotables, que daño han hecho al romanticismo! jajaja
ResponderEliminarSpeedy, los descapotables han hecho algun q otro destrozo, de acuerdo contigo.
EliminarOh, jajajaja!!! Y yo pensando que nos ibas a contar algún secretillo sexual :-P
ResponderEliminarEres un as dándole el toque intrigoso a tus relatos :-)
Besos!!! Muchísimos!
Liah, buen intento pero esta vez tan solo era el mustang, pocos secretillos de los que a ti te gustan, jaja.
EliminarGracias por el piropo..
Un abrazote.
Jaja, me había asustado, he pensado - vaya! blog nuevo y doy con un crápula - No sé si decepcionarme jeje. Tendré que seguir viniendo a ver que nos ofreces.
ResponderEliminarAhora en serio, muy chulo, me ha sorprendido, de eso se trataba ¿no?
Saludos
Inma, jaja como mola lo de crapula aunque no creo que llegue a tan alto rango. Mas de una se ha decepciondo con el final pero era lo buscado.
EliminarMe alegro que te haya gustado. Nos vemos por aqui.
Buen finde a tutti.
Hola, soy nueva en tu blog. Te estaré leyendo y comentando. Un abrazo.
ResponderEliminarHola Cartoncita; bienvenida a este bar;)
Eliminarjajaja, muy bueno!
ResponderEliminarQué oscuro objeto de deseo... de 400 CV :D
Tarambana; oscuro objeto de deseo? me gusta,... merci por pasarte.
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